El Club de Jóvenes Naturalistas en Ribera Norte

Autor: 

Cynthia Rossel

El sábado 13 de abril se realizó el segundo encuentro del año del Club de Jóvenes Naturalistas.

En esta ocasión fue un encuentro distinto, en donde todos fuimos protagonistas ya que colaboramos para amortiguar uno de los problemas que tiene nuestra ribera: la basura.

La Reserva Ribera Norte tiene la particularidad de conservar la ribera original, alimentándose de las crecidas del río, quien trae semillas y sedimentos, pero por otro lado, nos devuelve las cosas que no le pertenecen: plásticos, telgopor, pañales, variedad de envases, encendedores, ojotas (entre otras cosas), son parte del paisaje que queda luego de una crecida natural.

Estos residuos tienen su origen en la ciudad, en los basureros clandestinos, llegan desde nuestra casa. Muchas veces, en forma intencional o no, terminan en la calle y llegan al río. Pueden permanecer ahí décadas, si no son consumidos por algún ser vivo (peces, tortugas, aves, entre otros).

Los guardaparques de la reserva realizan jornadas de limpieza convocando a voluntarios y vecinos para ayudar en esta tarea de retirar lo que no le pertenece a la reserva.

En la mañana del sábado, desde distintos puntos de capital y alrededores, un grupo de voluntarios junto a los jóvenes naturalistas y sus familiares, nos encontramos en la reserva. Tuvimos una introducción y todos pusimos manos a la obra. Nos concentramos en una zona y en hora y media se juntaron más de 30 bolsas llenas de residuos. La Municipalidad de San Isidro dió provisión de bolsas y guantes. Además se realizó separación de botellas plásticas y tapitas para reciclado.

Los jóvenes naturalistas participaron con entusiasmo, realizaron apuestas a ver quién encontraba el objeto más raro, y trabajaron en conjunto con sus padres.

Al finalizar nos reunimos para una reflexión y debate sobre qué podemos hacer para reducir la cantidad de desechos, ya que todos somos responsables siendo consumidores.

Y para no faltar a las sorpresas naturalistas, en esta ocasión nos recibió un chajá cerca de la laguna.

Agradecemos a la Reserva de San Isidro y a los guardaparques, a los jóvenes naturalistas y sus familiares por una hermosa jornada.

 

Fotos: Lucila Guevara