Gracias al trabajo en conjunto de biólogos y conservacionistas las principales amenazas que estaban poniendo en serio peligro la supervivencia del Macá Tobiano fueron controladas, y las 400 parejas que actualmente sobreviven lograron reproducirse exitosamente durante la última década.
De hecho, según datos oficiales suministrados por Aves Argentinas, hasta el año 2018, la población de Macá tobiano logró volver a crecer a un ritmo cercano al 3% anual, gracias al trabajo liderado por especialistas de dicha ONG, de su colega Ambiente Sur y de un equipo de investigadores del CONICET.
Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, el Macá Tobiano aún enfrenta grandes amenazas de gran alcance, entre las cuales se destaca el cambio climático, que, junto a la introducción de la trucha arcoíris en las lagunas de las mesetas, ha reducido enormemente la disponibilidad de ambientes acuáticos aptos en los que esta especie puede construir sus nidos y reproducirse.
“El principal impacto de estos factores de amenaza es sobre la vinagrilla, la única planta acuática de las lagunas de altura. Esta planta es la que utilizan los macaes para construir sus nidos flotantes y generar sus colonias reproductivas”, explican desde Aves Argentinas.
“Debido a las transformaciones de las lagunas, la vinagrilla dejó de florecer los últimos tres años y en las pocas lagunas en la que floreció y en las que los macaes lograron armar sus nidos, fuertes tormentas de viento los arrastraron y destruyeron. En los últimos tres años ninguna colonia fue exitosa, y consecuentemente no hubo ningún pichón de Macá Tobiano”, agregan los especialistas.
El equipo del denominado “Proyecto Macá Tobiano-Programa Patagonia” viene trabajando desde hace 10 años restaurando las lagunas, removiendo truchas para que la vinagrilla pueda volver a crecer.
Este año, gracias al trabajo conjunto y al compromiso de pescadores deportivos de Jurassic Lake Lodge, el equipo diseñó e instaló 20 plataformas flotantes en la Estancia Lago Strobel, ubicada en la costa del lago homónimo, en la provincia de Santa Cruz.
Estas plataformas están ancladas al fondo de las lagunas para evitar que sean desplazadas por el viento y fueron cubiertas de vinagrilla natural, para que los macaes puedan armar sus nidos.
Afortunadamente para los investigadores que participan de este proyecto, los macaes aceptaron rápidamente las plataformas, “con comportamientos reproductivos típicos de una colonia natural, suben y bajan, danzan a su alrededor, copulan, agregan vinagrilla y la acomodan en los diferentes sectores de las plataformas”.
Todo este arduo trabajo trae mucha esperanza a todo el equipo del Programa Patagonia que, ahora, tiene todas las expectativas puestas en que rápidamente se puedan ver los primeros huevos en los nidos sobre las mencionadas plataformas artificiales.
“El trabajo se apoya en el ya establecido Programa de Guardianes de Colonia, con técnicos profesionales que monitorean 24/7 estas nuevas colonias artificiales para protegerlas de los potenciales ataques de las gaviotas cocineras y de otros factores que pueden provocar la pérdida de nidos, como puede ser la competencia con otras especies acuáticas”, concluyen desde Aves Argentinas.
